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¿Quienes Somos?, ¿Qué Hacemos? y ¿Cómo lo hacemos? 

El Dojo APV.

 

Era el año 1988 cuando el Dojo APV abre sus puertas, en las Instalaciones del Club Ateneo Popular de Versalles, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.







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Miembro de la A.E.S. (Asociación de Escuelas Shotokan) y la J.K.A. (Japan Karate Association), y por ese entonces, tambien la I.T.K.F. (International Traditional Karate Federation).









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Liderado por el Sensei Justo Gomez quien brindo sus enseñanzas en el camino del Karate y el respeto en las tradiciones hasta el año 1993, cuando es convocado por el Sensei Hidetaka Nishiyama, para liderar la I.T.K.F. en Argentina. Dejando así, el Dojo y la Asociación Escuelas Shotokan para establecer su propia Asociación.

 

Desde entonces, la conducción del Dojo quedó a cargo del Sensei Alfredo Mingrone, quien había sido el Senpai hasta la partida del Sensei, quien continua el legado de transmitir la Senda del Karate-do y sus tradiciones a Alumnos de todas las edades, algunos de ellos nos encontramos desde los comienzos...

¿Que es el  Karate-Do?

 

Karate-Do literalmente significa "camino de la mano vacía", es más que una técnica de defensa personal sin armas, es un arte con alto contenido filosófico que busca en lo primordial los valores morales y espirituales del ser humano.   Es una disciplina orientada a cumplir con los fines de la educación en general (promover el desarrollo integral de la personalidad del practicante, en relación con un fin social) y de la educación física en particular (habilidad, desarrollo físico y destreza).
 

¿Para quién está indicado el Karate-Do?
 

Se recomienda la práctica de Karate-Do para todos indistintamente. No hay restricciones en cuanto al sexo, edades o características físicas. Lo mismo para personas de salud delicada, quienes podrán encontrar en la práctica del Karate la energía tonificante que los fortalecerá.
 

¿El Karate estimula la agresividad?

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Justamente lo contrario, la esencia del Karate es la no violencia.
A través del entrenamiento se busca estimular la autoconfianza del individuo, principalmente para aquellos que tienen un temperamento tímido en la convivencia social. En otro extremo  de las características psicológicas, cuando la persona canaliza su energía para el campo de la agresividad, mediante el entrenamiento logrará canalizar esa energía en un camino de construcción y realización. Cuanto más se dominan las técnicas del arte más se aprende que el Karate es defensa y nunca se debe tomar la iniciativa de ataque. El entrenamiento de Karate comienza y termina con cortesía.


¿Para qué sirve el Karate?

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Gracias a sus métodos de entrenamiento el Karate ayuda a desenvolver en las personas sus atributos de creatividad, empeño, iniciativa y capacidad de enfrentar problemas e imprevistos (espíritu de lucha). Cuando se desenvuelve este espíritu a través del entrenamiento ocurre una desmitificación de los límites aparentes (sexo, altura, peso, edad), ser gordo, bajo, etc., no es un defecto, apenas una característica.
Así, en el combate, unos usan más la agilidad, otros la velocidad, fuerza, técnica, pero todos usan el espíritu de combate forjado a través de la seriedad del entrenamiento. En este proceso el adversario no es un enemigo que se intente dominar, sino un aliado en el aprendizaje. El Karate no está limitado al ambiente del Dojo (academia), se debe tener conciencia que en la vida cotidiana está su verdadero palco.

 

En resumen el Karate-Do sirve para:​
 

a) Ayudar a los niños a obtener autoconfianza y control de la agresividad.
b) Apartar a los jóvenes del camino de las drogas.
c) Auxiliar a los adultos en el combate contra el estrés, principal desequilibrio entre el cuerpo y la mente.
d) Estimular la longevidad en los más añosos.
e) Como un método muy efectivo de defensa personal, muy conveniente para el sexo femenino, donde la agresividad de nuestros días, es contrarrestada por la serenidad y confianza de saberse protegida por este método tan contundente.


 

​¿El Karate estimula la agresividad?
​
Justamente lo contrario, la esencia del Karate es la no violencia.
A través del entrenamiento se busca estimular la autoconfianza del individuo, principalmente para aquellos que tienen un temperamento tímido en la convivencia social. En otro extremo  de las características psicológicas, cuando la persona canaliza su energía para el campo de la agresividad, mediante el entrenamiento logrará canalizar esa energía en un camino de construcción y realización. Cuanto más se dominan las técnicas del arte más se aprende que el Karate es defensa y nunca se debe tomar la iniciativa de ataque. El entrenamiento de Karate comienza y termina con cortesía.

En resumen el Karate-Do sirve para:

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a) Ayudar a los niños a obtener autoconfianza y control de la agresividad.
b) Apartar a los jóvenes del camino de las drogas.
c) Auxiliar a los adultos en el combate contra el estrés, principal desequilibrio entre el cuerpo y la mente.
d) Estimular la longevidad en los más añosos.
e) Como un método muy efectivo de defensa personal, muy conveniente para el sexo femenino, donde la agresividad de nuestros días, es contrarrestada por la serenidad y confianza de saberse protegida por este método tan contundente.

Educación Infantil.

 

Cada vez nos resulta mas familiar la figura menuda de ese niño que acabada la jornada escolar envuelto en su karategui blanco con la bolsa colgada al hombro, marcha con pasitos cortos y rápidos hasta algunas de las numerosas escuelas de karate que hay diseminadas por todo el territorio nacional.
La difusión de las Artes Marciales  y del karate en particular, se ha convertido en los últimos años en un casi fenómeno sociocultural infantil. Son ya muchísimos los practicantes menores de catorce años que tienen registrados los gimnasios de karate del mundo que hacen karate tradicional. Para valorar justamente este dato, no podemos olvidar que la enseñanza del karate se imparte en centros o clubes privados cuyo costo, aun no siendo muy alto, se realiza con cargo directo al presupuesto familiar.

 

A la vista de esta realidad, cabe preguntarse, ¿qué causas la hacen posible?
¿Qué tiene el karate que lo diferencia de otras disciplinas deportivas para hacerlo tan atractivo a los ojos pueriles y ganarse sin reservas la confianza de los padres?
La respuesta se nos presenta un tanto compleja y requiere de un amplio análisis:
​
 

Valor educativo​
 

De una parte, los padres inscriben a sus hijos en un gimnasio de karate, convencidos de que allí no sólo se les va a proporcionar una instrucción marcial y deportiva a los pequeños, sino que además la práctica del karate, bajo la dirección de un Profesor debidamente calificado, es una actividad con un fuerte componente educativo que contribuye a la formación y desarrollo integral del niño; favorece las relaciones grupales con otros niños y facilita su proceso de integración social; favorece la comprensión y acatamiento de las normas comunitarias; promueve la disciplina interior, el respeto hacia los demás y hacia si mismo y fomenta hábitos de conducta positivos para la salud y para el cuidado del propio cuerpo.
 

Desarrollo de la inteligencia
 

También debemos destacar que la práctica regular y prolongada del Karate, al estimular la capacidad de concentración, favorece la adquisición de mecanismos memo-técnicos (memoria) que aparecen vinculados al aprendizaje de tareas motrices que tienen su posterior transferencia y utilidad en el marco escolar.
 

Seguridad personal
 

Otro aspecto destacable del karate es su valor añadido como probado sistema de defensa personal que, canalizando la agresividad que todos llevamos dentro, proporciona autocontrol, seguridad y confianza al practicante. Esto es algo que se tiene muy en cuenta en una sociedad sacudida por múltiples manifestaciones de agresividad y violencia.
 

Educación Fisica​
 

No menos importante que los puntos anteriores es Ia reconocida valía del karate como método de optimización del desarrollo sicomotriz infantil y mejoramiento de la condición física, favoreciendo el incremento de la flexibilidad, la resistencia, la velocidad, la coordinación el equilibrio, etc.​
 

Pero todas estas razones, y otras igualmente notables, no justifican suficientemente la pujanza del karate entre púberes ya que, en mayor o menor medida, pueden ser comunes a otras disciplinas.
Metodología de enseñanza:
​
 

Porque un niño no es un hombre pequeñito, los entrenamientos de karate para ellos se basan en la creación de situaciones estimulantes y la enseñanza mediante el juego, por eso en la metodología empleada en las clases prevalece el carácter lúdico y recreativo sobre la mera instrucción deportiva que tiene por objeto la búsqueda y formación de competidores. Para que el niño se sienta dispuesto cada día a abandonar su asiento frente al televisor, el Profesor trata de crear en sus clases una atmósfera idónea en la que el chico se sienta motivado para el entrenamiento. En los gimnasios no se pretende hacer campeones sino de formar personas y desarrollar actitudes para la vida.

A la vista de esta realidad, cabe preguntarse, ¿qué causas la hacen posible?
¿Qué tiene el karate que lo diferencia de otras disciplinas deportivas para hacerlo tan atractivo a los ojos pueriles y ganarse sin reservas la confianza de los padres?
La respuesta se nos presenta un tanto compleja y requiere de un amplio análisis:

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Valor educativo

​

De una parte, los padres inscriben a sus hijos en un gimnasio de karate, convencidos de que allí no sólo se les va a proporcionar una instrucción marcial y deportiva a los pequeños, sino que además la práctica del karate, bajo la dirección de un Profesor debidamente calificado, es una actividad con un fuerte componente educativo que contribuye a la formación y desarrollo integral del niño; favorece las relaciones grupales con otros niños y facilita su proceso de integración social; favorece la comprensión y acatamiento de las normas comunitarias; promueve la disciplina interior, el respeto hacia los demás y hacia si mismo y fomenta hábitos de conducta positivos para la salud y para el cuidado del propio cuerpo.

Educación Física



No menos importante que los puntos anteriores es la reconocida valía del karate como método de optimización del desarrollo sicomotriz infantil y mejoramiento de la condición física, favoreciendo el incremento de la flexibilidad, la resistencia, la velocidad, la coordinación el equilibrio, etc.

Pero todas estas razones, y otras igualmente notables, no justifican suficientemente la pujanza del karate entre púberes ya que, en mayor o menor medida, pueden ser comunes a otras disciplinas.
 

Metodología de enseñanza:

 

​Porque un niño no es un hombre pequeñito, los entrenamientos de karate para ellos se basan en la creación de situaciones estimulantes y la enseñanza mediante el juego, por eso en la metodología empleada en las clases prevalece el carácter lúdico y recreativo sobre la mera instrucción deportiva que tiene por objeto la búsqueda y formación de competidores. Para que el niño se sienta dispuesto cada día a abandonar su asiento frente al televisor, el Profesor trata de crear en sus clases una atmósfera idónea en la que el chico se sienta motivado para el entrenamiento. En los gimnasios no se pretende hacer campeones sino de formar personas y desarrollar actitudes para la vida.​

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